La marca de impresoras EPSON, en su afán comercial, tiene programado en sus aparatos un insistente mensaje de falta de un color de tinta, aunque el usuario solo esté imprimiendo en blanco y negro, para hacerle sustituir cuanto antes el cartucho y así proveerse de nuevos ingresos. Se molesta al usuario para hacerle desistir de continuar imprimiendo y que, libremente, decida reponer el consumible agotado. Hasta aparece el mensaje “imprimir en negro”, cuando sigue haciéndolo precisamente en ese color; si el usuario quisiera imprimir en otra tinta y el cartucho estuviera agotado se comprendería que se le avisara de que ya no dispone de ese color, pero su táctica consiste en importunarle para que acceda a una nueva compra. Malas prácticas empresariales.