El negocio del feminismo extremista genera nuevas iniciativas amparado por la novedad de esta ideología segregacionista y así, supuestamente, acabar con las que llaman “desigualdades de género y fomentar la conciliación familiar y la corresponsabilidad en los cuidados”. Las comunidades autónomas de Valencia y País Vasco están en cabeza de estas originalidades y avanzan en la creación de guías y normas que aborden el diseño de la vivienda desde esas perspectivas de género.