La injusticia del Gobierno al negarle la patria potestad al ex marido de María Sevilla, que la obtuvo del juez cuando la Guardia Civil pudo rescatar al niño de 11 años secuestrado por su madre, que lo maltrató psicológica y físicamente durante un año, le dejaba salir sólo media hora al día, le negó la escolarización y el trato con otros niños y presentó seis denuncias falsas contra el padre. La de esta peligrosa mujer es una visión totalitaria de la vida, en la que unos, ella y quienes piensan como ella, tienen derecho a abusar de quien consideren, y ahora con el respaldo del Gobierno.