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El informe La desigualdad en España publicado por el Instituto Juan de Mariana muestra los cinco mitos que han distorsionado la opinión pública hasta el punto de hacer creer que España tiene indicadores propios de un país en desarrollo. Este informe, cuyos autores son Juan Ramón Rallo, doctor en Economía, además de director de dicho instituto, e Ignacio Moncada, licenciado en Economía y analista financiero en banca e inversión en Nueva York, tiene como objetivo analizar a fondo los datos sobre la desigualdad en España y proporcionar una comprensión más profunda y completa del fenómeno de la desigualdad económica en nuestro país.
Para esto, dicho informe tiene en cuenta datos como el valor de los servicios públicos universales, el patrimonio inmobiliario, el valor capitalizado de las pensiones y el capital humano, fruto de la educación estatal, para el cálculo de los indicadores sobre la desigualdad. Los autores hacen la distinción entre tres conceptos fundamentales que habitualmente se mezclan y confunden a la hora de hablar de desigualdad: la desigualdad de la riqueza, la desigualdad de la renta y la desigualdad del consumo y analizan estas facetas para el caso de España en el contexto europeo, sacando en conclusión cinco mitos sobre la desigualdad en España.
Los cinco mitos y el índice Gini
– El primer mito desmiente que España sea uno de los países de Europa con mayor desigualdad en la riqueza. Para ello se basan en el índice Gini de riqueza, desarrollado por el sociólogo italiano Corrado Gini. Este índice calcula la desigualdad sin tener en cuenta el nivel de riqueza, renta o consumo de los habitantes ni variables estructurales como la esperanza de vida o los flujos migratorios. Como resultado se muestra un rango entre el 0 (igualdad absoluta) y 1 (máxima desigualdad). España cuenta con un índice Gini de 0,67, uno de los menores de Europa junto con Bélgica (0,63) e Italia (0,67), muy lejos de los países europeos con mayor desigualdad en la riqueza como son Dinamarca (0,89), Suecia (0,81) o Austria (0,78).
El motivo principal por el que España es uno de los países más igualitarios en riqueza según este informe, es que la propiedad inmobiliaria está más extendida que en la mayoría de los países europeos. Además, en países como Suecia, el Estado tiene una mayor intervención, por lo que actúa como “canalizador del ahorro patrimonial”. En el informe contabilizan además datos como el valor capitalizado de las pensiones públicas, el capital humano y otros servicios que no se tienen en cuenta en las estadísticas de la OCDE.
– El segundo mito habla sobre la desigualdad de renta. España muestra, según las medidas habituales, un índice Gini del 0,34, lejos de los países más igualitarios en renta como Suecia, Holanda y Finlandia que se encuentran en torno al 0,25. Estas medidas se basan en rentas estrictamente monetarias, pero si se le añade el valor de los alquileres imputados y otras rentas de especie que no se incluyen en las mediciones habituales, como los servicios públicos, sanitarios y viviendas sociales, el índice Gini se reduciría en torno a un 20 por ciento, una reducción en la media de la Unión Europea.
– El informe La desigualdad en España muestra también que la principal causa de desigualdad en la renta para el caso español no son las diferencias salariales ni las abultadas rentas del capital, sino la elevada tasa de desempleo. Los autores proponen una liberalización profunda del mercado laboral como una medida que contribuiría a reducir la desigualdad de la renta en España y sería respetuosa con la libertad individual.
– El bienestar real, por otra parte, se mide habitualmente según la renta de la población. Los autores de este informe proponen medir los datos según la desigualdad en el consumo, lo que situaría España entre los países europeos con una menor desigualdad en el consumo. El índice Gini de consumo es de 0,22 para España, al nivel de Suecia o Bélgica (0,22 en ambos casos), y por debajo de países como Dinamarca (0,23) y Francia (0,23).
– Por último, en el citado informe se desmiente también que España sea uno de los países de Europa con menos movilidad social, asegurando que nuestro país figura, según las medidas de elasticidad intergeneracional, como un país con movilidad social intermedia en el contexto europeo, por encima de países como Alemania o Reino Unido. La movilidad social hace que la desigualdad de la renta se difumine entre generaciones, por lo que la desigualdad de renta en España se diluye a un ritmo mayor que en los principales países de Europa.