No es que pasen cosas raras en Málaga como, por ejemplo, que haya individuos que en Huelin causen daños en los parquímetros que se han instalado contra la voluntad manifiesta de gran parte de los ciudadanos, que se han manifestado contra esta imposición. No es nada raro. La voracidad fiscal, en este caso municipal, es un bicho muy depredador, no tanto como el Covid, pero ahí está. El Ayuntamiento quiere sacarle dinero a los vecinos y algunos atacan porque, dicen, es la mejor defensa. Unos tienen el poder, a otros solo les queda la rabia. Cuidado.