Ana Carmen Mata, vicepresidenta segunda de la Diputación
Desirée Ruiz.- Ana Carmen Mata es la vicepresidenta segunda de la Diputación de Málaga y diputada del Área de Servicios a la Ciudadanía y de Igualdad e Innovación Social. Además, es concejala del Ayuntamiento de Fuengirola, lugar donde se crió, trabajó y dirigió, tras el fallecimiento de su padre, durante varios años una empresa familiar. Abogada de formación por la Universidad de Málaga, es una mujer muy comprometida con su trabajo.
¿Cuáles son las áreas en las que trabaja?
Son muchas y todas muy importantes. Tenemos Igualdad e Innovación Social, Participación y Cooperación Internacional, Medio Ambiente y Promoción del Territorio, Sostenibilidad, Servicios Sociales y Centros Asistenciales, Cultura, Deportes, Juventud y Educación. En general, llevo las áreas relacionadas con los problemas que tienen los ciudadanos y que más les preocupan.
¿Cuáles son los principales problemas que percibe la Diputación que tiene la ciudadanía?
Pues ha habido un importante cambio desde que entramos en la Diputación en 2008 hasta ahora. Prácticamente, Málaga estaba en una crisis importante, como el resto del país. Muchos ciudadanos tenían problemas muy concretos, el más importante la falta de empleo. En ese sentido, pusimos todas las herramientas necesarias en la Diputación para ayudar a los malagueños que necesitaban de recursos económicos. También atención especial a familias. Por ejemplo, en dependencia hemos colaborado mucho con asociaciones de cuidadores de enfermos de alzhéimer, entidades que hacen una labor asistencial muy importantes, y configuramos también unos servicios para la provincia de Málaga donde la ciudadanía tuviera las mismas oportunidades, independientemente del territorio en donde vivan. Eso antes no era así en la provincia.
¿Qué tipo de problemas tenían las familias malagueñas al inicio de la crisis?
Pues uno de ellos, como le he comentado, era el empleo, que sigue siendo un problema importante, aunque es verdad que hemos visto que las estadísticas están mejorando. Lo que ha hecho y sigue haciendo la Diputación es acercar a la ciudadanía toda la información y las actividades que realizamos en cada uno de los municipios. A los jóvenes, por ejemplo, les llevamos alternativas, tanto culturales como de ocio, esta es una de las apuestas más importantes que hemos tenido estos años. Es importante que los proyectos de los jóvenes se desarrollen aquí en la provincia y no fuera, precisamente para dar posibilidad de empleo en los pueblos más pequeños y que esos jóvenes no tengan que trasladarse fuera de Málaga. Ese es uno de los objetivos que nos hemos marcado, conseguir oportunidades nuevas para esos jóvenes. Otro ejemplo de ello ha sido la rehabilitación del Caminito del Rey. Es una realidad y es un espacio donde se puede disfrutar, pero en el entorno se ha generado también empleo. También hemos diseñado la Senda del Litoral, estamos trabajando precisamente para conectar la costa de Manilva con la costa de Nerja, todo esto está generando mucho empleo en la zona costera. Es verdad que no toda está tan desarrollada como la Costa del Sol, pero estamos fomentando en el territorio nuevas oportunidades para que haya empleabilidad. Tenemos también nuestra Gran Senda, que es como nuestro Camino de Santiago. Que también lo que se ha pretendido es conectar a todos los municipios, sobre todo los más los pequeños, para dar oportunidades de crecimiento. Que no vengan los visitantes solo a Málaga capital o Marbella, sino que también tengan la oportunidad de conocer el resto de la provincia. Todo eso son proyectos que se han ido desarrollando por parte de la Diputación, y también proyectos creados por jóvenes que tienen inquietudes de desarrollarlo en nuestro territorio.
¿Qué más ejemplos puede poner?
Los centros sociales donde se atienden a las familias. Con la crisis muchas familias han tenido bastante necesidad, son personas que tienen pocos recursos y, por ejemplo, tienen imposibilidad a la hora de llevar a sus hijos a la Universidad, de proporcionarle el estudio de un idioma en el extranjero, etc. Aquí tiene un papel fundamental el Centro de Innovación Social La Noria, que es una incubadora de proyectos sociales dirigidos a la infancia y la juventud. Uno de sus programas son los campamentos London in Málaga, en el que se trabaja especialmente en adquirir un nivel avanzado de conversación para mejorar el idioma y el currículum. Los alumnos reciben clase de profesionales docentes nativos de la Asociación de Nuevos Residentes y Extranjeros de Málaga. Por otro lado, también hacemos una importante labor con las escuelas deportivas para fomentar el deporte en los pequeños, en los jóvenes y en los adultos, en todos los municipios de menos de 20.000 habitantes. También desarrollamos campañas específicas en educación, servicios sociales comunitarios, igualdad, mujeres. En relación a ellas, por ejemplo, hemos puesto en marcha los Centros de Información a la Mujer. Antes, las mujeres dependiendo de donde vivieran tenían más o menos servicios de atención. Ahora esto no es así. En este caso empezamos a impulsar los puntos de información a la mujer, sirven de apoyo a los centros de información municipal de la mujer, que dependen a su vez del Instituto Andaluz de la Mujer.
Ha comentado antes el proyecto de La Noria. Hábleme más de él.
Fue un proyecto complicado de poner en marcha, pero creíamos que teníamos que ofrecer a la ciudadanía un espacio donde pudiéramos todos converger para atender las necesidades que tiene la sociedad. En este sentido, creamos una alianza perfecta entre las entidades sociales, junto con la entidad pública y privada. Gracias a la financiación de la Fundación La Caixa firmamos un convenio con ellos en el que ese año lo que queríamos es abrir las puertas a los jóvenes que tuvieran proyectos que de alguna forma atendieran necedades de entidades sociales. En época de crisis las entidades sociales tenían carencias económicas porque la Junta de Andalucía había recortado en subvenciones a estas entidades. Muchos de esos programas se cayeron, se quedaron por el camino por falta de financiación. Entonces, nosotros queríamos que, a través de ideas nuevas, esas ideas tuvieran un impacto en las necesidades de los ciudadanos, y sobre todo en las necesidades de las entidades sociales. Así que lo que hicimos fue un espacio dedicado a la juventud y a la infancia, ubicado en la antigua Casa Cuna, el Centro Básico de Acogida en las instalaciones situadas junto al Hospital Materno-Infantil, donde además había también programas específicos de la Junta de Andalucía en atención a jóvenes conflictivos, y queríamos mantener ese espíritu y destinarlo precisamente a entidades sociales, proyectos juveniles, atención a la infancia, y ahí surgió La Noria en el año 2008 con el convenio que le he dicho y en el que la Fundación La Caixa apostó la cantidad de 250.000 euros. Además, desde el principio tuvimos claro que La Noria no fuese un espacio solo físico, queríamos que ese proyecto tuviera impactos en la provincia, y de alguna forma lo ha tenido. Creamos la marca Sabor a Málaga, surgió de un proyecto de jóvenes en el que recuperaron el recetario antiguo de los municipios más pequeños de la provincia. Incluso los chefs más destacados de Málaga han utilizado ese recetario, dando visibilidad a cuáles son nuestras costumbres, nuestras tradiciones. También han salido proyectos muy interesantes como el acuaponía, algo que era un proyecto del Aula del Mar, que al principio parecía algo muy extraño y ahora tiene un resultado muy importante. De hecho, se está barajando la posibilidad de que se haga formación para el empleo en este sector. Hemos recuperado a través de proyectos como El Rabanito, una asociación de jóvenes del interior de la provincia de Málaga, cómo se pueden utilizar determinadas plantas para que sea comestibles. Lo que se hace en La Noria es pensar en cómo nos redefinimos para crear empleo en torno a los recursos naturales que tenemos, pero también se ha ayudado en estos proyectos a entidades sociales a través de aplicaciones móviles, atención a personas con un problema específico, incorporación de personas con discapacidad al empleo. Se han compactado muchas ideas y se han creado proyectos. El estar y convivir conjuntamente en el ecosistema de la innovación social de La Noria ha permitido también dar respuesta a otras necesidades con otros proyectos distintos. Es la creatividad al final la que se impone, es ver cuáles son las necesidades que se tienen desde distintos puntos de vista y la verdad es que ha confluido un ambiente de coworking y de innovación que está atendiendo las necesidades de los malagueños.
Aparte de este proyecto, dentro del Área de Igualdad, ¿qué más actividades se han realizado?
Una de las novedades ha sido que hemos impulsado el Consejo Provincial de la Mujer. Antes era en Málaga capital, pero estamos intentado que sea la mujer de la provincia la que tenga un espacio donde pueda reivindicar cuáles son sus necesidades. No solo aquellas que sufren de violencia de género, también a emprendedoras, las que trabajan en el cooperativismo, las que desarrollan un papel fundamental en su entorno y que son imprescindibles. Hay muchas que trabajan de forma individual y en los municipios se da mucho trabajar conjuntamente, pero a la figura del cooperativismo no se le ha dado mucha importancia. Queremos visualizar también a mujeres profesionales que desarrollan una labor desde la arquitectura, doctoras, abogadas y que quizá no tengan tiempo para formar parte de una asociación o no se vean representadas por una de ellas, pero sí que queremos llegar a ellas para mejorar el entorno en el que se mueven. Uno de los mayores problemas que tienen es el de la conciliación, igual que tiene el hombre, pero a ellas les toca más conciliar que a ellos. Desde esta Área de Igualdad también realizamos proyectos con los menores y una de las novedades es que por primera vez se ha creado conjuntamente entre la Diputación y la Universidad de Málaga la delegación específica de Igualdad, donde estamos trabajando conjuntamente en crear una escuela para dar formación en esta materia. Lo que se intenta es impregnar a la provincia en aspectos de igualdad. Y eso no significa que el aspecto de Igualdad vaya dirigido solo a la mujer, también queremos que el hombre sea partícipe de las acciones que hacemos desde Diputación.
Son muchas cosas, pero seguro que aún quedan asuntos por resolver.
Siempre hay cosas por hacer para los malagueños. Por ejemplo, en el aspecto sanitario. La verdad es que cuando hay necesidades, como en nuestra comunidad autónoma en materia sanitaria, es urgente resolverlas. Los ciudadanos ven que una Administración no funciona y se acercan a ti y plantean cómo podemos ayudarles. Tenemos que intentar mejorar y afinar más en esas necesidades que tienen los ciudadanos. La Diputación está saneada. El esfuerzo que podemos hacer es un esfuerzo mucho más llevadero ahora en 2017 que cuando comenzamos en 2008, y todos aquellos flecos que los ciudadanos consideren que tenemos que cubrir desde la Diputación lo estamos haciendo, pero creo que vamos por buen camino, tenemos un presupuesto encaminado a mejorar la calidad de vida de los malagueños, tenemos que conseguir esa igualdad territorial. Hemos puesto las herramientas necesarias para que sea una realidad.
¿Cómo llegó al Partido Popular?
Me afilié justo cuando cumplí los 18 años, opté por el PP porque había visto un poco el contexto histórico en ese momento. Estábamos inmersos en una gran corrupción del PSOE, y Felipe González era la única persona que había conocido como dirigente político. Mi padre tenía un negocio familiar. Él como autónomo tenía que trabajar no solo para sacarnos a delante, sino también a los trabajadores que tenía a su cargo. Las facilidades que daba el gobierno socialista eran nulas, y en ese momento me dije que si quiero que la sociedad sea más justa y vaya a mejor me tengo que implicar. Entonces me afilié a las Nuevas Generaciones del PP y fui una militante bastante activa. Quería cambiar el entorno en el que vivía, de ahí empecé a estudiar en la Universidad, me tuve que hacer cargo de la empresa familiar de joven porque mi padre falleció, tuve que compaginar la vida profesional, mi afición por la política y mi trabajo en la empresa que tuve que dirigir. Luego Esperanza Oña me propuso estar en las listas como concejala del PP en el Ayuntamiento de Fuengirola, salí y fue una gran oportunidad para continuar mi carrera política.
¿Qué le gusta de Málaga?
Málaga ha cambiado considerablemente. El sentirme de Fuengirola es porque primero es donde nací y me he criado, pero soy malagueña. De Málaga me gusta todo. En estos últimos años se ha conformado una Málaga a mano de todo, en lo cultural, en el ocio, en poder disfrutar de sus calles, de un centro que pocas ciudades lo tienen, de un puerto, aunque todavía quedan muchas cosas por hacer. Otra de las cosas que más me gustan de aquí es que Málaga es la ciudad más activa de todas las provincias andaluzas. Tenemos de todo, no hay ni un mes que no haya una actividad con relevancia, con buen gusto, hecha no solo para los malagueños sino también para aquellas personas que nos visitan. Como ejemplo, recuerdo que cuando yo empecé en política teníamos muchos congresos en Madrid o Barcelona, ahora todo el mundo quiere venir a Málaga. Aquí se celebran numerosos eventos a lo largo del año. Pero no solo la ciudad, también está la provincia. Si queremos irnos de vacaciones no tenemos que irnos fuera de Málaga, tenemos un interior precioso con una infraestructura turística impresionante para disfrutar en familia, con amigos, etc. de la que pocas provincias pueden hacer gala.