Tres sentencias de finales de octubre de la Sala 3ª del Tribunal Supremo han declarado nula la Revisión del Plan General de Ordenación Urbana de Marbella, que data de 2010. La situación creada nos retrotrae al único planeamiento en teoría vigente, el de 1986, que es casi totalmente inoperativo para la realidad actual de esta importante ciudad de la Costa del Sol y destino turístico e inversor internacional.
Como bien ha recordado el presidente de la Diputación Provincial, Elías Bendodo, “lo que empieza mal, termina mal”, en referencia a la Junta de Andalucía y al Plan de Ordenación Territorial de la Costa del Sol, también anulado –sin contar el retraso en la aprobación del Plan General de Benahavís-.
El caso es que unas 17.000 viviendas y otras actuaciones urbanísticas pueden estar amenazadas. Tiene razón el alcalde de la localidad, José Bernal, en buscar una fórmula transitoria que pase por desarrollar el Plan de 1986 mientras se trabaja –él cree que durante seis meses- en una solución definitiva. Ya ha iniciado contactos con el consejero de Ordenación del Territorio y piensa celebrar un encuentro con empresarios, profesionales del derecho y la arquitectura y un largo etcétera de actores involucrados por esta mala noticia.
Es desde el consenso, la colaboración entre Administraciones, el rigor en los planteamientos y la vista puesta en el bien general como pueden sentarse las bases de una solución definitiva a la inseguridad jurídica ahora resucitada en Marbella. Importantes inversiones y miles de puestos de trabajo están en juego, o lo que es lo mismo, el futuro a medio plazo de Marbella.
