La Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América ( The unanimous declaration of the thirteen United States of America) fue un documento redactado por el segundo Congreso Continental en Filadelfia el 4 de julio de 1776, que proclamó que las Trece Colonias norteamericanas ya no reconocían el dominio británico y formaban una nueva nación: los Estados Unidos.
Esta vez, las celebraciones han sido escasas por la pandemia del Covid-19, en un clímax con depresión económica y gran radicalización social. Los tambores de guerra en estos años de la prensa y la CNN contra Trump tienen otro filón hasta las elecciones del 3 noviembre.
En la actualidad, la economía estadounidense se contrajo a un ritmo anual del 4,8 por ciento en el primer trimestre de 2020 por los efectos de la pandemia del coronavirus, según el Departamento de Comercio. La cifra es peor que las estimaciones de los analistas, que anticipaban una caída del PIB del 4,1 por ciento en el arranque del año. El gasto de los consumidores, que en EEUU representa casi dos tercios de la actividad económica, se redujo un 7,6 por ciento, el mayor descenso en este indicador desde 1980.
Ya hay 2.009.238 contagios y 113.209 muertes, en un país de 320 millones de habitantes. En las últimas semanas se registró 3,2 millones de nuevas solicitudes de beneficios por desempleo durante la semana del 26 de abril al 2 de mayo. Esas cifras elevan a 33,5 millones el número de solicitudes presentadas desde mediados de marzo.
En el mes de abril se ha aprobado un paquete de medidas de estímulo de 2,2 billones de dólares para paliar los efectos del coronavirus sobre su economía e incluye inyecciones directas al bolsillo de los ciudadanos con el objetivo de reactivar el consumo. Es el mayor plan de estímulos de la historia del país y representa alrededor del 10 por ciento del producto interior bruto.
Tras acordarlo republicanos y demócratas, el plan de estímulo contempla dar 1.200 dólares a los estadounidenses y aumentar las prestaciones habituales de desempleo, entre otras medidas. Es una política monetaria o fiscal expansiva que consiste en dar de forma directa dinero a los ciudadanos con el fin de estimular la economía en un periodo de recesión o cuando los tipos de interés están a cero.
Un descalabro económico en Estados Unidos afecta a toda la región, pero especialmente a México y Centroamérica a través del comercio, y también con las remesas. La baja en el precio de las materias primas está afectando las arcas de muchos países. A esta caída del cobre y hierro se suma la disminución en el precio de alimentos como la soja, el maíz, las carnes y los cereales.
Con la crisis por la pandemia, los países más afectados por la interrupción de estas cadenas son México y Brasil, cuyos sectores manufactureros son los más grandes de la región. La situación ha ocasionado la salida masiva de capitales y una gigantesca devaluación de las monedas, con espectaculares caídas del real brasileño, el peso mexicano y el peso colombiano.
El 11 de marzo la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la pandemia a nivel mundial por el Covid-19, momento en el que Trump echó la culpa primero a China e insistió en el “bajo, bajísimo, riesgo para los estadounidenses”. Dos días después, declaró la emergencia nacional. La decisión de tomar este paso era, además, una admisión tácita de los errores cometidos.
La 10ª enmienda a la Constitución de EEUU reserva a los estados las competencias sobre seguridad y salud pública. Son los estados, por tanto, los que gestionan la seguridad y salud, que se ejecuta localmente, mientras que el gobierno federal da apoyo, principalmente financiero. Es, precisamente, en tiempos de crisis cuando las pequeñas localidades se apoyan más que nunca en el gobierno federal, porque necesitan sus fondos y directrices.
En la actualidad, 30 millones de personas no poseen seguro médico, y otros 40 millones sólo acceden a planes de forma insuficientes.
Hace semanas se ha archivado la causa contra Michael Flynn por la supuesta confabulación con Rusia en la campaña electoral de 2016. Se han hecho públicas las 57 transcripciones de las grabaciones de las entrevistas realizadas por el Comité de Inteligencia de la Cámara que prueban que “en ningún momento hubo el más mínimo indicio de esa confabulación”.
El director en funciones de la Agencia Nacional de Inteligencia, ha hecho público un informe hace semanas donde se acredita que “el equipo de Obama realizó un espionaje detallado a sus rivales políticos. Y uno que estuvo involucrado en esa sucia actuación fue el hoy candidato demócrata a la Presidencia, Joe Biden”.
El 25 de mayo, George Floyd, de 46 años, fue detenido por la policía de Minneapolis después de que el empleado de una tienda lo denunciara por intentar pagar con un billete falso de 20 dólares. Falleció ahogado por un policía. Las protestas empezaron esa misma noche en Minneapolis al grito de «I can’t breathe”.
El candidato presidencial Biden ha manifestado que la muerte de George Floyd «va a cambiar el mundo«. Olvida la brutalidad en los ocho años en los que fue vicepresidente: En 2013 surgió el movimiento Black Lives tras la absolución de un policía que mató de un disparo al joven negro Trayvon Martin. Michael Brown, un joven de 18 años, murió por disparos del agente Darren Wilson, en 2014. Walter Scott, un hombre negro de 50 años, murió en 2015 tras ser tiroteado por la espalda por un policía en Carolina del Sur.
Y la crisis del coronavirus está sobrepasando a Trump. La economía puede ser un obstáculo casi insuperable, como lo fue para el candidato republicano en la crisis del 2009 que originó el tsunami Obama. En abril, hubo una destrucción de 20,5 millones de empleos.
El Departamento de Trabajo ha informado que el 14,7 por ciento de la fuerza laboral está desocupada, 10 puntos más que en marzo. La cifra resulta incluso más impactante cuando se la compara con el 3,5 por ciento de febrero, que había sido la más baja en 50 años.
Estadísticas de Canadá publicó el 11 de junio datos correspondientes el mes de abril: pérdida de 2 millones de empleos, lo que lleva la tasa de desempleo al 13 por ciento. Société Générale cifra en 80 millones de desempleados, casi el 10 por ciento de las personas en China que no tienen trabajo. El producto interior bruto (PIB) del Reino Unido sufrió una contracción del 20,4 por ciento en abril pasado, una cifra mensual récord de caída, según informó la Oficina Nacional de Estadísticas.
En plena vorágine del movimiento feminista por acosos #MeToo, organizaciones de mujeres han solicitado a Joe Biden que responda a las acusaciones de abusos sexuales. The New York Times concluyó en una investigación que las acusaciones no eran falsas.
Robert Gates, el exsecretario de Defensa de Obama, dijo que Biden se ha «equivocado en casi todos los grandes temas de seguridad nacional y de política exterior ocurridos en las últimas cuatro décadas«. De forma constante las encuestas ofrecen que Biden está 5 y 10 puntos por encima de Trump, tras tres meses de parálisis de la campaña en mítines.
Por si fuese poco perturbador, el 5 de junio se hizo público que Hillary Clinton borró 33.000 correos de su servidor antes de que una investigación por parte del FBI terminase, sin embargo se pudo conseguir un e-mail, con una invitación al dirigente demócrata Podesta y otros más, a un “rancho”. Gracias a la deep-web se sabe qué clase de lenguaje usan los pedófilos para referirse a sus víctimas, el lenguaje “Cheese Pizza” (Child Porn) y “casualmente” son las mismas palabras encontradas en los correos de los hermanos Podesta y Hillary Clinton.
Trump ha implementado con una ley para bloquear dineros, activos y propiedades de todo aquellos relacionados con el abuso sexual que incluye a menores de edad. Además, ha paralizado la financiación pública para subvencionar abortos de bebés por la “Defund Planned Parenthood” y también ha liderado una operación para acabar con la pedofilia online llamada “Broken Heart”.
En las elecciones de 2016 los demócratas lo tuvieron todo a su favor: la marcha de la economía, el apoyo unánime de la prensa y televisión, la masiva ayuda financiera de artistas de Hollywood, de magnates como Bill Gates que promueven la eugenesia, y un partido republicano que negó el apoyo de Trump y cuyos miembros más destacados pidieron el voto a Clinton. En esta ocasión los devastadores efectos del Covid-19 se expanden en un país dividido en el que se siguen registrando a diario incidentes raciales violentos.
En una carta enviada a Trump por el arzobispo Titular Carlo Maria Viganó, ex nuncio apostólico del Vaticano para Estados Unidos, con fecha 7 de junio de este año, expresaba que: “Por primera vez, Estados Unidos tiene en usted un presidente que defiende valientemente el derecho a la vida, que habla de Jesucristo y del derecho de los ciudadanos a la libertad de culto. Su participación en la Marcha Por La Vida, y más recientemente su proclamación del mes de abril como el Mes de Prevención de Abuso Infantil Nacional, son acciones que confirman de qué lado usted desea seguir luchando. (…)”.