Juan José Omella, presidente de la Conferencia Episcopal, ha anunciado el inicio de una “investigación independiente” sobre los abusos a menores en el seno de la Iglesia, pero ha elegido a quienes van a investigar, lo que no parece que sea lo más adecuado para garantizar esa independencia. En concreto, la también llamada auditoría correrá cargo de Cremades y Calvo-Sotelo y tendrá una duración de un año. Sí, ganan un año más y se aseguran resultados rebajados. Y todo por no tener la valentía de afrontar el problema de raíz, y no ocultarlo, y no denunciar a la justicia a los pederastas.