Hace algo más de un año que el gobierno español decretó el confinamiento domiciliario para toda la población. Con el confinamiento domiciliario, son muchos los estudios que nos hacen ver como la obesidad y el sedentarismo aumentaron de forma muy significativa. Enfermedades como la diabetes, hipertensión y sobrepeso, comenzaron a tener incrementos preocupantes. Al quedarnos en casa aumentaba la ansiedad por comer más, pasábamos más hora delante de la televisión y realizábamos muchos menos minutos de ejercicio de los que normalmente acostumbrábamos a hacer.
Es por eso por lo que debemos comenzar a tener todo esto en cuenta y empezar a aumentar nuestra actividad física y cuidar especialmente la alimentación.
Según la OMS, estas son las recomendaciones que nos hace con respecto al ejercicio físico de un adulto entre 18 y 64 años:
- Deberían realizar actividades físicas aeróbicas moderadas durante al menos 150 a 300 minutos, o actividades físicas aeróbicas intensas durante al menos 75 a 150 minutos o una combinación equivalente de actividades moderadas e intensas a lo largo de la semana
- También deberían realizar actividades de fortalecimiento muscular moderadas o más intensas que ejerciten todos los grupos musculares principales durante dos o más días a la semana, ya que tales actividades aportan beneficios adicionales para la salud
- Pueden prolongar la actividad física aeróbica moderada más allá de 300 minutos; o realizar actividades físicas aeróbicas intensas durante más de 150 minutos o una combinación equivalente de actividades moderadas e intensas a lo largo de la semana para obtener beneficios adicionales para la salud
Comenzar a retomar la actividad física nos va a ayudar prevenir enfermedades tan importantes como la diabetes, hipertensión arterial, obesidad, ansiedad y depresión.
La actividad física debe ir acompañada de una alimentación saludable y equilibrada. Hay que tener especial cuidado en intentar hacer dietas con restricciones calóricas importantes para adelgazar, ya que estas dietas “milagro” a largo plazo no son sostenibles y siempre van acompañadas de déficits nutricionales importantes de quien las está realizando. Es importante ponerse en manos de especialistas para la realización de dietas especificas en las que haya restricciones calóricas.
Todos deberíamos de tener como referencia dietética la dieta mediterránea. Propia de algunos países mediterráneos -como España e Italia aporta numerosos beneficios para nuestra salud, y según un informe de la OMS, contribuye a la prevención de enfermedades cardiovasculares y de la diabetes tipo 2. Lo más característico de la alimentación mediterránea es el consumo de productos vegetales frescos (frutas, verduras, legumbres y frutos secos) y otros alimentos a base de cereales (pan), el aceite de oliva y el vinagre. Sin duda alguna, el aceite de oliva es el protagonista de la dieta mediterránea, siendo la principal fuente de grasas saludables –como el Omega 3- de este modelo de alimentación. En España, hay 32 denominaciones de origen protegidas de aceite de oliva para garantizar la calidad de este alimento que, según los dietistas y nutricionistas, es preferible comerlo en crudo. Por todo ello, no es de extrañar que la UNESCO haya incluido la dieta mediterránea en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
En internet podemos encontrar valiosa información sobre alimentación basada en la dieta mediterránea. Como recomendación al lector, no podemos dejar de visitar la web de la Fundación Dieta Mediterránea ya que es una interesante herramienta que nos ofrece menús semanales saludables, recetas basadas en productos mediterráneos de temporada y consejos para seguir la dieta mediterránea de una forma fácil, práctica y respetuosa con el medio ambiente.