La hasta ahora desconocida compañía Plus Ultra, rescatada con 53.000.000 de euros fue investigada por el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) desde antes de la pandemia por si era utilizada para blanquear dinero. La llegada de accionistas venezolanos a partir de 2017 despertó la atención del CNI en tiempos del director Félix Sanz Roldán. La inteligencia española sospechó que los inversores venezolanos Rodolfo Reyes y Raif El Arigie, que habían sido citados por corrupción en la Asamblea Nacional Venezolana, podrían estar blanqueando dinero para altos dirigentes del régimen bolivariano.