Con los calores, los tests de estrés se pegan a las suelas bancarias. A Hamlet hace tiempo que algo le hubiera olido a podrido en el Banco Popular. ¿Papa, qué es un consultor?, pues, mira hijo, son unos señores muy serios, que pagándoles dicen que todo lo has hecho bien. El pobre «Popu» últimamente ya parecía una anciana con exceso de botox. La «Parca» no entiende de prórrogas. Todo el mundo sabía, empezando por los marineros encorbatados de las sucursales. Que sí, que cuando un transatlántico como el Popular empieza a inclinarse es que tiene medio océano de ladrillos tóxicos en sus tripas. Y es que un banco sin dinero es como una jardín sin flores, y con ampliaciones de capital desesperadas, a todo meter, como un jardín con flores de plástico. Vamos, que la cosa no convence mucho, a no ser que tengas más fe que todo el personal de PwC junto. Conjunto incompatible con el canibalismo bancario, donde con solo pensar en las carnes churruscadas del rival, se llenan de babas los blancos manteles en los reservados. ¿Fantaseará Ana Patricia con lucirse en un cabaret berlinés? Pedazo de euro bien aprovechado. Saracho llegó, vio y quebró. Del «papelón» mejor ni hablar. Puntillazo limpio y mulillas. El tendido oscuro de la fuerza aplaude discreto, mientras Ron busca sus orejas. Sin Capra era imposible dar un final feliz, con fundido en negro, al pánico del descrédito. Tampoco los Fugger fueron para siempre. «DEP,Tus accionistas no te olvidan».
Llega la hora de las culpas y los bufetes. El «balconing» ya sólo es cosa de mamarrachos. La gente del BCE no puede ver Mary Poppins sin temblor de piernas. Piensan los del Eurogrupo que sin dinero es muy difícil ser banquero. Con acciones sólo se compra confianza y ésta sólo se desabrocha un botón de la blusa ante los ganadores. Nadie juega a perder. Los familiares mal avenidos se pelean en el velatorio del abuelo centenario. Bonistas y accionistas de toda condición apostaron por una absorción de cuerpo entero. A un inversor pringado en «pignoradas» no le vengas con tiros de gracia, hombre. ¿Tendrán los zombis esperanzas? Meses bipolares de rogativas a Lázaro y zancadillas a la sombra del IBEX. Las operaciones a corto siempre acompañan el paso a cuidados paliativos. Miseria rentable sobre la desgracia ajena. Cuestión de negocios, nada personal, ya sabemos. SuperMario pasó de complicaciones tomistas sobre la verdad y no distinguió entre liquidez y solvencia. El «Popu» puso los ojos en blanco al recibir la sedación total en forma de procedimiento de resolución. En el quirófano Guindos, el FROB y el Banco de España rezaron un responso acelerado mientras se lavaban las manos. La eutanasia fue limpia y rápida, el difunto ni se enteró, aunque el hilillo de sangre junto a la comisura de los labios …. Al amortajar al Popular sólo se encontró un euro en sus bolsillos. Era reluciente y olía al perfume de Atenea. ¿Sería su última voluntad invertirlo en migas de pan para las palomas? Ya nunca lo sabremos.