El experto en derecho tecnológico y asesor Preston Byrne se hacía esta pregunta en una entrada de su blog. «La antigua estrategia de Estados Unidos para paralizar a un oponente comenzaba con ataques para decapitar el radar y la infraestructura de comunicaciones, es bastante obvio para cualquiera que, en lo que respecta a los talibanes, esto nunca tuvo lugar. Los talibanes están estableciendo un Gobierno con bastante rapidez. Su propaganda circula en Twitter a simple vista», escribía.
Hay que tener en cuenta también la negativa de grupos pro derechos humanos y libertad de expresión y las acusaciones de censura a sus ciudadanos y la presión internacional si estas plataformas se hubieran posicionado contra los terroristas afganos. Byrne continúa: «Puede y debe haber recriminaciones por lo que sucedió aquí. No es únicamente culpa de la Administración Biden; el Ejército debería haber estado considerando cómo decapitar las comunicaciones de los talibanes durante años, lo que claramente no ha hecho. El hecho de que los talibanes estén utilizando servidores con base en los EEUU para administrar su Estado terrorista y que nadie en la Administración Biden haya pensado en desconectarlos, incluso cuando las fuerzas estadounidenses se retiran en desorden, es un error estratégico a la par con Pearl Harbor», señala Byrne.