Editorial – El negro futuro de la UE y la soberanía española
No ha habido ocasión en que la Unión Europea no haya defraudado a los ciudadanos. En la crisis de los refugiados de 2015 estaba mirando las musarañas cuando casi un millón de refugiados (por la guerra civil en Siria) e inmigrantes ilegales cruzaron las fronteras entrando en países miembros de la UE. Después, a la Comisión se le ocurrió pagarle a Turquía para que contuviera la avalancha, y Turquía se creció, claro, sabedora de su poder, y también distribuyó algunos efectivos de Frontex en la periferia o llegó a acuerdos con las patrulleras libias para que contuvieran a los inmigrantes allí sin respeto alguno a los derechos humanos. Sin embargo, la política que sigue la UE de cara a la galería es otra, la de mucho respeto por esos derechos humanos, comprensión, solidaridad y el bla bla oficial.