Conversaciones de El Sol Digital (XLV)
Vicente Almenara.- Juan Goñi es un joven arquitecto que derrocha ánimo por los cuatro costados y esta motivación es muy importante en los tiempos que corren para sobreponerse a las malas rachas de la economía. Por eso está en pie y a toda vela. Habla de su profesión con espíritu crítico, de las Administraciones y su parsimonia y reclama entendimiento entre empresarios y funcionarios. La Asociación de Jóvenes Empresarios también le ha servido de minarete de las empresas que funcionan y las que no.
- ¿Qué experiencia acumula Klicstudio?
- Llevamos 12 años trabajando. Con mi socia desde el 2010 y el estudio lo fundé en 2006.
- ¿Qué ha ocurrido en este tiempo?
- Hemos pasado los años fuertes de la crisis de la construcción, incluso antes del 2008 que fue el año fuerte, pero hay que tener en cuenta que la arquitectura es lo primero del sector, por lo que la crisis llega antes. Es verdad que nosotros subimos a partir del 2014, pero siempre he pensado que era un tema más de nuestra empresa por habernos dedicado al B2B en vez de al B2C. Tenemos un histórico de facturación y cuando hemos notado el boom otra vez es desde septiembre del 2017, cuando se ve claramente que ha vuelto a cambiar el ciclo. En los últimos 10 años hemos hecho de todo, desde rehabilitación de edificios plurifamiliares, reformas, rehabilitación, hasta villas, bloques y ahora hemos conseguido entrar en el mundo hotelero. Somos una empresa de ámbito local que tenemos las oficinas en Torremolinos, aunque trabajamos en toda la provincia de Málaga.
- ¿Quiénes son vuestros compañeros de viaje?
- Suelen ser promotores y otros técnicos con los que hacemos alianzas como socio local. Los especialistas suelen tener un espectro más amplio, ya que al especializarse en una cosa suelen necesitar otros servicios empresariales.
- ¿En qué destacan?
- Intentamos ser excelentes en el servicio, la gestión y en la respuesta al cliente en sus necesidades y, en ese sentido, hemos intentado siempre trabajar con una respuesta inmediata en cuanto a comunicaciones o tiempos frente a la competencia.
- ¿Qué nos podría decir en cuanto a las Administraciones y su manifiesta lentitud burocrática?
- Son mundos que chocan. Nosotros trabajamos sobre todo con ayuntamientos, con la administración local, aunque ciertas tipologías de proyectos como los de Cultura pues los pueden llevar desde la Junta de Andalucía, o si son proyectos de carreteras hay que gestionarlo con otros estamentos, incluso estatales. Prefiero las administraciones más altas que las más bajas, ya que en proyectos pequeños suelen ser más razonables que la administración local.
- ¿Qué debería hacerse en este sentido de la agilidad para ayudar a la iniciativa privada?
- Deberíamos plantear menos normas y las normas más claras. Legislar es más fácil que derogar y muchas veces una ley nueva debe de implicar en muchas ocasiones la derogación de una ley antigua, pero no es así. Esto lo hemos vivido en primera persona. Nos hemos encontrado normas nuevas que no derogan la anterior, entonces el criterio técnico es aplicar la más restrictiva de las dos. Eso no es lógico.
- ¿Está politizado el sector inmobiliario?
- La construcción es un sector económico importante y como tal se politiza. Pero tampoco atribuiría sus problemas a la politización. Los funcionarios son los que dirigen realmente la administración y pueden bloquear proyectos por una meta lógica y funcionarial que a los que estamos fuera nos cuesta entender.
- ¿Habría que hacer un país nuevo en el sentido de un mejor entendimiento entre Administraciones y administrados?
- Deberíamos hacer un ejercicio de empatía entre funcionarios y empresarios. Tengo amigos que son funcionarios en la Administración y cuando hablas con ellos te das cuenta de que tienen ciertos miedos a la hora de realizar su cometido. No es un problema nuevo, pero sí creo que haría falta una refundación clara.
- Ha estado en los últimos años en AJE (Asociación de Jóvenes Empresarios), ¿cómo ha sido la experiencia?
- Mi experiencia ha sido muy buena, entré justo después de crear la empresa, en el 2007. Fue algo aleatorio que comenzó a raíz de que me animara una compañera a participar en la Asociación de Andalucía y Javier Noriega me invitó a implicarme un poco más, empecé a llevar un grupo de trabajo de construcción y de ahí ya me incorporé a la Junta Directiva.
- Hay un difícil equilibrio entre la crítica de las asociaciones y la colaboración con las Administraciones.
- Ha sido esencialmente colaborativa, de hecho, en el mundo empresarial malagueño se la ve muy institucional. Desde 2007 me hablaban de AJE como me hablaban del CADE o Promálaga, es más, AJE ha crecido mucho desde entonces gracias a que los socios se han involucrado con la asociación.
- ¿Podría decirnos alguna empresa que haya conocido en el seno de la organización con unos objetivos claros y unos empresarios con una gran vocación?
- Por ejemplo, me llamó muchísimo la atención la empresa Chicfy, la famosa empresa que factura sesenta mil euros en ropa de segunda mano. Era una pareja que dedicó su inversión a crear una app para vender la ropa que no usaban y comprar otra de segunda mano; eso era tener una intuición del mercado brutal. Y el otro ejemplo claro es Fugaqua, la empresa de fugas de agua que ha ganado este año el premio a la mejor trayectoria empresarial, se trata de un funcionario que decidió ser empresario apostando desde el principio por el I+D, ha creado tecnologías para que sean más eficientes las detecciones de fugas, ha generado patentes y ahora está presente en 17 países.
- Recuerdo de los Premios AJE, hace mucho años, una empresa pionera de cuidados de ancianos, de Rocío Bocanegra, otra que recogía los posos del café en los bares porque son un gran abono para las plantas… unas iniciativas muy interesantes que realmente son las que despiertan la economía.
- Así es. Suele ser más bonito el premio de iniciativa que el de trayectoria ya que este último es algo ya consumado, mientras que el de iniciativa te da pie a la esperanza.
- ¿Alentaría a su hijo para que fuese empresario?
- Cada día me doy cuenta de que será muy difícil guiarle por un camino u otro. Este es un país de funcionarios, si te vas a la Facultad de Empresariales y preguntas cuántos quieren ser empresarios y te levantan la mano tres personas es un éxito, y es Empresariales. Todo esto es una falacia, ya que el trabajo por cuenta ajena tiene una supuesta seguridad que yo creo que no es tal porque estás en manos de un tercero. ¿Quién está más seguro, el que maneja su propio timón o al que le manejan por dónde va?
- En la calle hay autónomos, otros empresarios y funcionarios, y todos pueden ser buenos o malos, pero el trabajador por cuenta ajena también, ¿no se le sacraliza?
- Sí. A mí me dolió mucho hace poco un contertulio en La Sexta que decía ‘cómo también hay sueldos bajos en la pequeña empresa, la pequeña empresa también es explotadora’, y lo soltó así en un programa en prime time. Qué poco conocen la vida empresarial, qué poco se castiga el dejar a deber.
- Ahora que las entidades financieras parecen que están abriendo la veda un poco, ¿Cómo es el papel en la reconstrucción del mercado financiero en mayo de 2018?
- Yo lo que estoy viendo en mi día a día, es que los bancos ahora tienen voluntad de prestar dinero y, sin embargo, están viniendo unos señores a ‘robarle la tostada’, y estos son los fondos de inversión. Claro, que el fondo se dirige a las empresas, no al ciudadano.
- ¿Cómo nos tratan las entidades financieras a los empresarios?
- Al menos ahora nos dan dinero. Personalmente, estoy contento respecto a lo que me ha pasado estos últimos diez años, nos acaban de inyectar una financiación muy grande y muy barata. Vengo de la época en la que, en 2010, como persona nunca me había planteado tener que pedir un crédito, pero si lo pedía pensaba que me lo darían y no me lo dieron cuando tenía una economía perfectamente contrastada, en esos momentos te ves que estás en las manos del banco.
- No en todas las profesiones es obligatoria la colegiación, en Arquitectura sí. ¿les defienden los colegios profesionales?
- Sinceramente, creo que hay una batalla en la que hay que luchar y que nadie está luchando, que es el baremo de honorarios colegial. El tema de la competencia hace que no podamos tener ningún baremo y eso no nos ayuda. Estamos prorrogando lo del año preomnibus. El visado o es de calidad o no debe de existir como sello administrativo, pero si lo entendemos como una supervisión de calidad o un proyecto podría tener una razón de ser, pero no lo tiene hoy por hoy. Quizás esté siendo corporativista, pero creo que, realmente, sería algo que beneficiaría también al ciudadano el recuperar una orientación o unos baremos como honorarios. Actualmente, el mercado está lleno de ofertas rastreras en las que el arquitecto está sirviendo de gancho para la construcción. A nadie le puede salir rentable conforme a la legalidad estos precios que rondan lo absurdo, pero como somos prescriptores se está utilizando el proyecto para coger la obra y hay gente que está haciendo el griego.
- ¿Tenéis acuerdos de financiación con entidades para que al cliente le pueda resultar practica la inversión con vosotros?
- El Colegio de Arquitectos tiene acuerdos para los arquitectos no para sus clientes. Esto es como una muñeca rusa, está el Colegio como el propio ente, luego la profesión y si lo miras desde una perspectiva más amplia te encuentras también con el cliente. Al final, el cliente es tu razón de ser, tu vives de tu profesión porque tienes un cliente que te requiere. Tenemos mucho que aprender de las empresas tecnológicas, ellos tienen muchos apoyos por lo digital, ofrecen servicios a los clientes y otras cosas que las empresas de arquitectura no ofrecemos porque lo ofrecen las constructoras.
- Nos encontramos con dos perspectivas porque puedes trabajar como arquitecto para ti o para otra empresa. ¿Cambiaría de estatus o seguiría como profesional de la arquitectura de forma libre? ¿Tiene vocación de empresario o trabajarías para otra empresa?
- Siempre he tenido el prejuicio de que la libertad estaba en la autonomía. Y quizás de un tiempo hacia acá me he dado cuenta al encontrarme con mucho profesional por cuenta ajena que también tiene una autonomía y libertad.