Rafael Fuentes Candau, director provincial de Comercio y del ICEX en Málaga (Ministerio de Industria, Comercio y Turismo) - El Sol Digital
Rafael Fuentes Candau, director provincial de Comercio y del ICEX en Málaga (Ministerio de Industria, Comercio y Turismo)Rafael Fuentes Candau, en la oficina del ICEX en Málaga

Rafael Fuentes Candau, director provincial de Comercio y del ICEX en Málaga (Ministerio de Industria, Comercio y Turismo)

 “Cuando hay guerras comerciales entre grandes potencias, al final, pagamos justos por pecadores”

J. Alberto Gómez Muñoz.- Las exportaciones de bienes realizadas desde la provincia de Málaga, disminuyeron un 6,5 por ciento el pasado año. El volumen alcanzado por los intercambios comerciales ascendió a la, nada despreciable, cifra de 2.055 millones de euros. Con todo, las perspectivas para 2019 son más halagüeñas a tenor de los datos del primer trimestre. De hecho, se observa una nueva alza en las ventas hacia otros países que permitirá corregir un 2018 de transición. Para contar con una visión más equilibrada y reflexiva del fenómeno exportador, hemos quedado con Rafael Fuentes Candau, director provincial de comercio y del ICEX en Málaga. Desde su llegada en 2013, ha trabajado de forma incansable para impulsar el comercio exterior entre las empresas malagueñas. Nadie como él tiene una idea clara sobre las fortalezas y debilidades que poseen las empresas que afrontan el salto internacional.

¿A qué atribuye que, en 2018, se haya roto una tendencia de cuatro años creciendo en el exterior?

Málaga tiene un condicionante frente a otras provincias andaluzas y es que, a nivel de exportación, depende básicamente de cuatro familias de productos como son el aceite de oliva, los subtropicales, el sector cárnico y los textiles. Solo ellos, concentran el 80 por ciento de las ventas fuera de nuestras fronteras. En lo general, se han visto afectados por la incertidumbre internacional y la menor demanda de ciertos países. En el caso del aceite de oliva, el valor de las exportaciones cayó un 31 por ciento debido a una elevada producción que facilitó un menor precio junto a una peor demanda. Si hablamos de las cárnicas, Asia realizó menos compras, y en las prendas de vestir también se observó una tónica parecida. El problema es que Málaga es la provincia andaluza con mayor dependencia de muy pocos productos. Y, para más inri, concentrados en media docena de empresas de gran tamaño. Entiéndame, no lo considero un mal endémico. Prefiero hablar de una asignatura pendiente.

¿Y cómo se puede resolver esta dependencia de pocos productos?

Necesitamos, al margen de las grandes empresas (Mayoral, Famadesa, Faccsa, Charanga, Dcoop), más empresas medianas que exporten. Un buen ejemplo es el fenómeno del subtropical con un buen ramillete de compañías dinámicas. La lista es larga: Trops, Montosa, Reyes Gutiérrez, Tropical Millenium, Sigfrido, Frunet, etc. Me gustaría que este modelo se replicara a otros sectores. Es más, le puedo decir que ya está sucediendo en áreas emergentes como los pescados y crustáceos, materiales de plástico y piedra y yeso.

¿Le parecen los subtropicales un modelo de éxito que hay que imitar?

Absolutamente, siempre teniendo en cuenta la idiosincrasia de cada sector. Para empezar, no hablamos de una o dos grandes empresas sino de una media docena a la que se van sumando más. En segundo lugar, han sustituido el granel por las exportaciones de marca propia. Además, cuentan con una cartera de países muy diversificada, algo muy bueno cuando, de repente, se te desploma un mercado. Otra ventaja, es que no solo exportan el aguacate y el mango como tal sino que están apostando por artículos transformados y de cuarta gama como mermeladas, salsas, guacamole, frutas troceadas, etc. De esta forma, el valor añadido se queda aquí. Por otra parte, han trabajado mucho el marketing y la imagen de marca. Considero que pueden servir de motivación para el resto de empresas malagueñas que exportan.

¿Hemos mejorado la ratio de empresas exportadoras en los últimos años?

Se ha producido una mejora en el volumen de empresas exportadoras regulares. Hoy por hoy, existen en Málaga 933. Se las considera regulares cuando venden al exterior durante cuatro años consecutivos. No han parado de crecer y esta cifra constituye un indicador muy positivo. De hecho, somos la tercera provincia con más exportadoras regulares. Si le digo retos, pues aumentar el volumen de exportación. Dicho esto, lo deseable es que aumenten este tipo de empresas y que se sumen otras nuevas.

Y a nivel de mercados, ¿hay alguna singularidad que caracterice la vocación exportadora de Málaga?

Las grandes empresas de la provincia están aprovechando la oportunidad que ofrecen los mercados de larga distancia como Estados Unidos, China y Japón. Y ello, pese a que siguen exportando con regularidad a Europa. Como dato llamativo, estos países tienen mayor peso aquí que en el resto de provincias andaluzas. Por ponerle algunos ejemplos, los envíos a EE.UU. y China se han multiplicado por seis en la última década y, en el caso del país nipón, se han duplicado. Un empresario me contaba que, si eres capaz de entrar a Japón -uno de los mercados más exigentes- puedes hacerlo a cualquier parte del mundo por difícil o remoto que sea. De cualquier modo, la UE sigue concentrando el 65 por ciento de las exportaciones provinciales.

¿Y qué puede decirme de mercados emergentes? Aquellos nuevos y más exóticos que están pegando fuerte

Pues fíjese. Corea del Sur no existía como destino en 2008 y ya exportamos allí por valor de 12 millones de euros, al igual que Israel, con 10 millones. Aunque por volumen no son muy significativos, Australia, Chile y Túnez han mostrado avances sorprendentes. Opino que se trata de una estrategia para tocar mercados que están poco explotados.

¿Alguna recomendación a la hora de elegir un destino cuándo exportamos?

Una empresa con poca experiencia debe ir primero a Europa. Compartimos una moneda única, existe mayor cercanía geográfica, no existen aranceles, y la legislación es favorable en muchos apartados. Básicamente, hay tres organismos que impulsan la internacionalización. El Instituto de Comercio Exterior (ICEX), la Cámara de Comercio de Málaga y la Agencia Andaluza de Promoción Exterior (Extenda). Sin entrar en detalles sobre nuestras competencias, debo decir que nos complementamos, cada vez más, y cooperamos para evitar duplicidades.

Estamos en el ecuador de 2019. ¿Cómo se están comportando las exportaciones?

Pues los datos son positivos. Volvemos a crecer y los productos que habían caído en 2018 empiezan a recuperarse. De todos modos, con la incertidumbre internacional y la guerra comercial que enfrente a Estados Unidos y China, no estamos seguros de cómo evolucione el resto del año. Si el gigante asiático decide introducir algún tipo de restricción habrá consecuencias. Al final, cuando hay pugnas entre grandes potencias, pagamos justos por pecadores. De cualquier modo, no hay en Málaga ningún producto susceptible de sufrir los aranceles de Trump.

¿Qué opina del puerto de Málaga?, ¿qué potencialidad detecta en él?

Que actúe como nodo exportador, me parece interesante. La industria agroalimentaria andaluza está más cerca de aquí que de Algeciras, un puerto, por otra parte, muy saturado. Málaga tiene la ventaja de ser un recinto más abierto y protegido. No obstante, los flujos de contenedores dependen de los grandes operadores. Otro aspecto positivo, es la fuerte subida en la importación de cereales debido a la demanda de las grandes cárnicas malagueñas.

Nos mencionaba antes los mercados emergentes, y ¿en cuánto a productos?

Pues los aparatos ópticos han duplicado sus ventas en la última década y han repuntado los pescados (pescados y moluscos), los materiales plásticos y productos como la sal, el yeso y la piedra.

Algunas recetas para que Málaga intensifique su flujo exportador.

Se está haciendo ya y puede tener frutos. Un buen punto de partida es la colaboración entre empresas de sectores similares. Pueden crecer estableciendo sinergias.

Cinco años al frente de la oficina del ICEX en Málaga. ¿Cuál considera que es su principal aportación en todo este tiempo?

He intentado dar a conocer el ICEX, su actividad y servicios de apoyo a la empresa en términos de internacionalización. Realizamos bastantes jornadas y actividades de colaboración, prácticamente con todas las instituciones y asociaciones que existen en la provincia.  También trabajamos para que las empresas conozcan todos los instrumentos de ayuda que existen. Me gusta visitarlas, ver qué problemática tienen e intentar ayudarles.

En estos cinco años, ¿cómo ha evolucionado esa vocación exterior?

Las empresas han mejorado mucho. En general, están mejor preparadas para exportar: en idiomas, en conocimientos de comercio exterior, en marketing. Tienen información más clara. Antes nos preguntaban: ¿cómo puedo exportar?, ¿qué hago?, ¿puedo hacerlo? Ahora, las tornas han cambiado y te piden información sobre mercados concretos. Han perdido el miedo a exportar.

No quería terminar sin hablar de la exportación de servicios, un intangible que no se puede medir por aduanas. En el PTA, por ejemplo, existe un gran número de empresas de servicios tecnológicos, e internacionalizadas desde el minuto cero. Muestran un gran asociacionismo y colaboración. Resulta muy interesante todo el universo de incubadoras y aceleradoras que operan en la provincia. Es otro elemento de servicios muy interesante que no se tiene en cuenta cuando se manejan las cifras de exportación.

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