Sergio Rodríguez.- Rafael Mérida tiene localizada la empresa en el PTA y piensa que es su medio natural, vivir rodeado de otras empresas tecnológicas y de innovación estimula. Trabaja el diseño gráfico y toda clase de servicios online y es de la opinión de que hay diversificar en la atención a los sectores y que el turismo no lo es todo. Pueblea es su último experimento pero hay que financiarla y esa es ya otra cuestión.
¿Cómo y cuándo nació Ducktoy?
Ducktoy comenzó hace unos 14 años. Fue a comienzos de 2005 cuando di el salto de trabajar en una agencia de publicidad y diseño a ser autónomo freelance. Quería montar un estudio de diseño diferente a lo que se hacía en Málaga en aquel tiempo. Muchas agencias no tenían departamento web y yo empecé a trabajar en ese aspecto llevando clientes regionales que ya no eran pymes. A día de hoy, el diseño web ha avanzado con las redes sociales o la integración de nuevos dispositivos. Estamos haciendo un poco de todo con nuestra gama de servicios online y ese diseño gráfico tradicional de publicidad, imagen corporativa, maquetación y diseño editorial.
Dentro de todos los servicios que ofrecen, ¿es el diseño web el más trabajoso?
Se ha complicado por una parte porque ahora tenemos muchos dispositivos que acceden a web. Te compras cualquier aparato y tiene su navegador web. Hay que hacer un proyecto web que sea visible en todos esos dispositivos que no son móviles, tablets u ordenadores. Por otro lado, tenemos la fortuna de que los navegadores se han adaptado a unos estándares de maquetación y estilo. El que daba más problemas era Internet Explorer, ya que te tirabas trabajando en una maquetación web una semana y después dedicabas otras dos a arreglar los fallos que daba en Internet Explorer.
¿Es complejo trabajar en una identidad corporativa ajena?
Hay marcas que ya tienen su identidad trabajada y siempre hay ciertas normas en el uso corporativo. Hay veces que al cliente hay que educarlo para que sepa que su marca no puede ser desvirtuada haciéndole cosas que destruirían la marca. Hay marcas que requieren cada cierto tiempo un pequeño rediseño en su tipografía, en sus colores… Siempre se hace intentando que la marca conserve su estilo. Si, por ejemplo, un logotipo es azul y negro no puede hacerse un cambio para hacerlo rojo y naranja. Con los años, las marcas se adaptan con pequeños retoques para modernizarlas. Ese es el trabajo que nosotros hacemos, desde diseñar marcas nuevas a rediseñar otras que ya existen.
¿Hay una gran diferencia entre pequeñas y grandes empresas a la hora de trabajar en sus diseños?
La diferencia está en la persona que se ponga en contacto con el estudio. Si es alguien con conocimientos en marketing es más fácil trabajar, ya que por decirlo de alguna manera hablamos el mismo idioma. A la hora de plantear estrategias en las empresas grandes tienen un personal especializado en ese tema. En las empresas pequeñas, por lo general, normalmente el gerente decide todos esos temas y en ocasiones su conocimiento es más limitado, por lo que hay que explicarle algunos conceptos. En las empresas grandes suelen llegar a ti para contratarte para un servicio ya determinado y apenas requieren asesoramiento, ahí está la mayor diferencia.
¿Está el diseño suficientemente valorado?
Dicen que el mejor diseño es el que no se ve. Hay muchos topicazos como decir “menos es más”, aunque ese hoy se cumple. Por ejemplo, la publicidad de Apple y Google son claras sin ser nada recargadas, pero luego a lo mejor el cliente no quiere eso para sí mismo. Nosotros intentamos hacer diseños apropiados para el producto. Los estilos de diseño van evolucionando, aunque nosotros intentamos no complicar el diseño para que lo que hagamos tenga su espacio y no esté recargado. Hay que explicar al cliente a veces que todo el mensaje que quiere poner es excesivo porque la mejor publicidad es la más directa. La tendencia que hay es hacer mensajes claros e impactantes, ya que la gente no dedica tiempo a leer tu publicidad y se la tienes que introducir por sus ojos.
Con el estudio a punto de cumplir 14 años, ¿se para a pensar en lo difícil que ha sido sobrevivir como empresa?
Hemos visto empresas que no tenían nombre y tras hacer con ellos el trabajo inicial y dar los primeros pasos hemos visto los dos casos: gente que ha salido poco a poco adelante y otros que se han hundido. Los que van saliendo es una alegría muy grande, ya que empezando tan pronto con ellos te sientes involucrado en ese proyecto y, en cierta manera, lo ves como algo tuyo. En 13 años da para ver mucho movimiento. Con la crisis muchas empresas se fueron a pique, aunque afortunadamente no teníamos muchos clientes del mundo de la construcción. Yo soy de los que dice que no se pueden tener todos los huevos en el mismo canasto. Salvamos la crisis y estamos muy orgullosos de haber salido adelante.
¿Hay algún proyecto que pueda considerarse su favorito?
Decir eso es comprometido (risas). Si tuviera que decir alguno diría los clientes con los que llevamos más tiempo por el apego que les tenemos. Hay varias empresas en las que nos invitan incluso a la comida de Navidad. Una de estas empresas es Luxotour, que es un mayorista de viajes de aquí de Málaga. Tenemos una empresa hermana en Madrid que se llama “Tuyú”. Empezaron casi al mismo tiempo que nosotros y trabajamos mucho juntos. En Madrid tenemos la Escuela Madrileña de Decoración, que la hemos visto nacer y ahora son una potencia. Si hablamos de proyectos locales mencionaría el campus WOB, que llevamos tres o cuatro años trabajando con ellos con gran integración debido a que ese proyecto te invita a sentirte parte de él.
Usted estudió aquí en los 90. ¿Cómo describiría todo el progreso que ha vivido Málaga en los últimos 20 años?
Siempre ha habido esa idea de que Málaga es una locomotora importante por el negocio que mueve a nivel de empresa privada y turismo. Hemos visto el empujón que ha dado Málaga. Lo que no me gusta es que se enfoque todo en el tema turístico. Es una opinión muy personal, pero como decía antes no me gusta poner todos los huevos en el mismo cesto, hay que diversificar y crear otro tipo de negocio. Nosotros tenemos clientes relacionados con el turismo pero no queremos más porque competirían entre ellos y eso no es algo que guste, pero no es que tengamos exclusividad. En Málaga hay mucho boom turístico pero no podemos olvidarnos de otras cosas.
¿Qué tal se encuentra Ducktoy en el PTA?
El PTA tiene ya mucha solera. Cuando yo acabe la carrera estuve trabajando en una empresa durante un año y medio y no había tanto tráfico. Esto era muy puntero y siempre me había dado la sensación de que las empresas que nos relacionamos con internet tenemos aquí nuestro sitio. Aquí estoy rodeado del tipo de cliente al que yo me quiero enfocar, ya que trabajan con tecnología e innovación. Ese tipo de empresas es difícil encontrarlas fuera del parque. Llevamos un año en el PTA y es nuestro medio natural.
Uno de sus proyectos es Pueblea. Hábleme sobre esto y cómo funciona.
Empezamos como algo experimental. A nosotros nos gusta mucho visitar los fines de semana los pueblos y sus eventos. Nos enterábamos tarde siempre de estos eventos y ya habían pasado. Decidimos hacer una web para organizar una guía de todos estos eventos. Comenzamos a experimentar con el desarrollo de aplicaciones móviles y decidimos hacer la aplicación de Pueblea. En 2013 metimos los primeros eventos e iniciamos la alimentación de la base de datos. Tardamos un par de años en sacar la web y las redes sociales. Esto se hizo un poco experimental pero ya hemos cargado 2.405 eventos. Es algo que estamos haciendo de manera desinteresada y estamos intentando que la gente se la descargue y le dé uso. Le dedicamos muchas horas a la semana y necesitamos que alguien nos ayude con financiación o algún tipo de ayuda. Esto está vivo cada día y cada hora. Cargamos cada año unos 700-800 eventos y eso es mucho. Si esto no pudiera salir adelante sería una lástima, pero nos debemos en primer lugar a nuestros clientes.