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Smartflower es el primer sistema fotovoltaico todo en uno que gira siguiendo la trayectoria del sol para conseguir los resultados óptimos de generación de energía solar. Este producto, procedente de Austria, comenzó a distribuirse en España el pasado mes de junio y se exhibió en Málaga del día uno a tres de octubre en la feria Instalándalus y del día siete a ocho en Greencities.
Julio Roldán, director técnico de Smartflower asegura que el área ideal para comercializar este producto es Andalucía y en especial la zona de la Costa del Sol, aunque hasta el momento han visto interés por parte de personas procedentes del norte de España, lo que podría ser porque en esta zona están más concienciados en el uso de energías renovables.
Smartflower es un sistema todo en uno fabricado en forma de girasol que cuenta con 18 metros cuadrados de paneles fotovoltaicos en movimiento. Su potencia pico se sitúa en 2.310 vatios, lo que significa que podría llegar a generar unos 6.500 kilovatios por hora al año, lo que es “suficiente para una vivienda si conseguimos trasladar el uso de la electricidad al horario solar”, asegura Roldán. El producto puede incluir baterías de 2,3 o 4,6 kilovatios para alargar su uso durante las horas sin sol y puede estar adaptado para cargar coches y bicicletas eléctricas.
Smartflower cuenta con un sistema biaxial que le permite realizar un seguimiento del sol a dos ejes. Esto hace que tenga unas propiedades que “mejoran con respecto a los paneles solares fijos”, ya que está siempre situado a 90 grados del sol, lo que hace que tenga un “40 por ciento más de rendimiento en la producción de energía que un panel plano sobre el tejado” explica Roldán. Una vez realizada la programación del día, hora, latitud y longitud, Smartflower funciona bajo un sistema de seguimiento astronómico completamente autónomo y que no depende de GPS.
Gracias a su forma de girasol, este producto cuenta con una refrigeración natural smart cooling que evita la condensación de calor, lo que aumenta su rendimiento. Además tiene un sistema de limpieza particular llamado smart cleaning, unos cepillos situados entre panel y panel que sirven para limpiar la superficie fotovoltaica cada vez que su sistema se abre o se cierra.
Su instalación puede realizarse sobre una zapata de hormigón de dos por dos y con una altura de 30 centímetros, o utilizar cuatro tornillos de 160 cm. Aunque su peso, cercano a una tonelada, hace que en ocasiones sea imposible colocarlo en algunos tejados, una de las ventajas de Smartflower es su rápida y sencilla instalación que apenas lleva una hora, lo que facilita su movilidad.
En el caso de que “el cliente se vaya de vacaciones, solo tiene que darle al interruptor de apagado para que sus paneles se escondan y no estén generando sin necesidad”, asegura Roldán. Durante la noche, Smartflower puede programarse para plegar sus placas fotovoltaicas o para dirigirlas hacia el este, donde recogerá a la mañana siguiente los primeros rayos del sol.