No escarmientan. Primero fueron las ultrafeministas del 8-M que se contagiaron entre sí y después a los ciudadanos con los que tuvieron contacto, y ahora los manifestantes contra el racismo del pasado domingo en Madrid, que se saltaron todas las …
No escarmientan. Primero fueron las ultrafeministas del 8-M que se contagiaron entre sí y después a los ciudadanos con los que tuvieron contacto, y ahora los manifestantes contra el racismo del pasado domingo en Madrid, que se saltaron todas las …