Durante el XI Congreso Nacional del Laboratorio Clínico, celebrado en Málaga del 15 al 17 de noviembre, se abordó la problemática del peso y su relación con los trastornos metabólicos. Los expertos alertaron de la necesidad de concienciar a la población sobre la importancia de limitar el consumo de azúcares refinados y grasas saturadas y mantener hábitos de vida saludables.
El 54 por ciento de la población presenta alguna de las alteraciones relacionadas con el síndrome metabólico (SM), es decir, obesidad abdominal, glucosa en ayunas alterada, HDL-colesterol bajo, y triglicéridos o presión arterial elevados. A pesar del desconocimiento generalizado sobre sus implicaciones para la salud, el SM es uno de los problemas sanitarios más extendidos entre la población occidental e incide, directamente, sobre la probabilidad de padecer enfermedades cardiovasculares, como arritmias o enfermedad arterial periférica, y diabetes tipo 2.
Durante la ponencia Aplicaciones de la resonancia magnética nuclear a la caracterización de lipoproteínas en diabetes se abordó, entre otras cuestiones, el debate en torno al peso y la enfermedad. De acuerdo a las conclusiones extraídas de un estudio realizado sobre una muestra de 2.270 pacientes y que fue presentado durante esta sesión, cerca de un 8 por ciento de la población, con normo-peso, presenta alteraciones metabólicas y el 53,6 por ciento son mujeres, por lo que se consolida la hipótesis de que un exceso de peso no es la única variable explicativa de las alteraciones metabólicas. “Tradicionalmente, se ha considerado que las anomalías y enfermedades metabólicas están ligadas a un peso por encima de la normal, sin embargo, esto no es del todo cierto”, señaló la doctora María Rosa Bernal, ponente de esta conferencia e investigadora del Instituto Biomédico de Málaga (IBIMA), quién advirtió, además, que es esencial concienciar sobre la importancia de tener hábitos de vida saludables independientemente del peso, ya que “contar con un índice de masa corporal normal no es siempre sinónimo de salud”.
Por otro lado, la especialista resaltó que, de acuerdo a otro de los estudios presentados durante la sesión, no parece haber una relación determinante entre el aumento de la actividad física o el abandono del tabaco para prevenir o mejorar el perfil metabólico en personas obesas, aunque “está más que demostrado que tener buenos hábitos de vida es la principal herramienta de prevención ante determinadas enfermedades”, añadió.