Turismo y valorización del patrimonio minero en Andalucía - El Sol Digital
Turismo y valorización del patrimonio minero en Andalucía

Turismo y valorización del patrimonio minero en Andalucía

Carlos Ramírez. Abogado

En los años ochenta empezó a extenderse, con origen en Gran Bretaña, la valorización del patrimonio minero como un instrumento de dinamización económica y creación de empleo. Francia fue pionera en el año 1960 con la aportación del concepto de Ecomuseo nacido en 1976, que facilitó el “turismo del patrimonio minero”, convirtiéndose así, desde su origen, en una opción de impulso para economías locales y provinciales. En 1971 cerró la fosa Delloye y en 1982 la Asociación para el centro Histórico Minero inicia el proyecto de creación de un gran centro de valorización del patrimonio minero del carbón que se conseguiría abrir el 3 de mayo de 1984. Se culminó con el inicio de las obras del Centro Histórico Minero de Lewarde, considerado en Francia como el primer museo de minas. En 1992 superó las 120.000 visitas y para atenderlas debidamente tiene en nómina 65 empleados y en el año 2004 alcanzó casi 150.000 visitas. Otro ejemplo son las explotaciones de carbón de Carmaux cerradas en 1997, compuestas de minería subterránea y a cielo abierto, en ella se ha construido un complejo turístico bajo la denominación Cap’ Découverte, centrado en cuatro temáticas: el deporte, la naturaleza, el espectáculo y la memoria. Además, existe el Museo de la mina subterránea de Cagnac y el Parque de Titanes, y la mayor pista sintética de esquí en Europa con 30 kilómetros de pistas para vehículos todo terreno, y para todo tipo de espectáculos.

En España, experiencias de éxito hay, cabe mencionar como ejemplos el Soplao en Cantabria, Almadén en Ciudad Real, y de patrimonio minero romano, la Jayona en Extremadura, la mina de Cueva del Hierro en Cuenca junto con las de lapis specularis. En el País Vasco las Minas de Oiasso en Irún y en Cataluña las minas prehistóricas de Gava.
En relación a nuestra región, Andalucía, cuna de la minería desde la época de dominación fenicia, cartaginesa y de máximo esplendor en el imperio romano, hay evidencias como las minas de Riotinto en Huelva y algunos museos mineros romanos y de la etapa del siglo XIX en la provincia de Jaén. Y resulta algo paradójico, pues desde el 4 de diciembre de 1825 en que la Instrucción Provisional, que desarrollaba la primera ley de minas julio de 1825 que posibilitó la minería privada, dividió el país en seis distritos mineros, cuatro de ellos eran andaluces: “Riotinto en la de Sevilla; Berja en la provincia de Granada; Marbella, en la de Málaga; Linares, en la de Jaén;(…)”, y el patrimonio minero no dejo de crecer.

La Real Fábrica de Plomos de Alcora (Canjáyar) es la única que se conserva íntegra en toda Andalucía. Las fundiciones del Peñón de Castala (Berja) y de Heredia (Almería) son algunos de sus ejemplos todavía visibles. Por aquella época, Marbella lideraba la incipiente industrialización española con las fundiciones de hierro de “La Concepción” y “El Ángel” en Río Verde. Aparte de otras menores, se conserva información de las de Bogaraya (entre Almócita y Padules), Bacares (ambas en Almería) y Lugros o Jerez del Marquesado (cerca de Guadix).

Con el descubrimiento de los ricos filones plomizos de sierra Almagrera (Cuevas de Almanzora, Almería) en 1839, capital local y extranjero se aunaron para desarrollar una metalurgia avanzada. Las minas y hornos del Pilar de Jaravía (Pulpí), las fundiciones “Nueva” y “La Invencible”, el desagüe de El Arteal o la máquina de vapor de El Chaparral (1873), en Cuevas, constituyen algunos de sus restos más evidentes.
Las consecuencias del desarrollo minero fueron fundamentales para entender el progreso de Andalucía entre 1815 y 1930. Al fuerte aumento de habitantes se unió la formación de una burguesía regional con intereses en diversos puntos geográficos y sectores productivos, cuyo prototipo fue la familia Larios o Heredia de Málaga, muy vinculada a Almería. Como siempre, el registro y el inventario son herramientas fundamentales de conocimiento y gestión patrimonial, respecto a un patrimonio minero que se caracteriza por su dispersión y diversidad Además, dentro de los complejos industriales es necesario seleccionar por su carácter (histórico, cultural, técnico, artístico) como en su integridad física, factor éste estrechamente vinculado al de la seguridad del visitante, un aspecto que, a menudo, se olvida o minusvalora. Sin duda, el ejemplo más destacado en el panorama andaluz es el onubense Museo Minero de Ríotinto.

En el año 2010, se aprobó por decreto en Andalucía, el Plan de Ordenación de los Recursos Minerales, que en su Eje 2, “Integración ambiental de la actividad minera”, Línea 2 “Conservación y puesta en valor del patrimonio minero”, contemplaba la rehabilitación de explotaciones abandonadas de minería histórica, desarrollo de la red andaluza de parques mineros en colaboración con empresas privadas, y apoyo a las PYMES que utilicen el patrimonio minero como recursos turísticos. Estas líneas continuarán en la nueva Estrategia Minera 2016-2020, Sin embargo, al depender en gran medida de fondos europeos resultan algo inciertos e insuficiente, y eso a pesar del potencial económico, de dinamización social y sinergias que generarían.

Además, otro ámbito son los Geoparques, de expertos. Así, a finales de 2015 los Geoparques Globales se convirtieron en Geoparques Mundiales de UNESCO, lo que supone el reconocimiento gubernamental de la importancia de la gestión integradora de lugares y paisajes geológicos sobresalientes. Andalucía, con tres Geoparques (Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, en Almería; Parque Natural de las Sierras Subbéticas, en Córdoba; y Parque Natural Sierra Norte de Sevilla, en Sevilla), es la Comunidad Autónoma española y la región europea con mayor número de estas entidades.
Ante estas realidades, la dinamización y el impulso en la valorización del patrimonio geo-minero andaluz es la mejor iniciativa. Con un mejor impulso público-privado a medio plazo, la puesta en valor de patrimonio minero en Albox y Cuevas de Almanzora en Almería; Cerro Muriano en Córdoba; Marbella en Málaga, y otros tantos lugares emblemáticos, pueden ser un revulsivo turístico sostenible de gran impacto socioeconómico, como lo ha sido en Francia, Gran Bretaña o Italia. En este sentido, es de gran importancia dotar de un futuro a ese pasado, justificándose tanto en criterios de difusión social como de viabilidad económica.

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