¿Y si no hubieran vuelto Facebook, Instagram y WhatsApp tras el apagón? - El Sol Digital
¿Y si no hubieran vuelto Facebook, Instagram y WhatsApp tras el apagón?El apagón reveló la adicción al móvil y las redes sociales

¿Y si no hubieran vuelto Facebook, Instagram y WhatsApp tras el apagón?

El apagón que sufrió Facebook el pasado 4 de octubre ya tiene una entrada en Wikipedia. La enciclopedia libre en internet le dedica una página a la caída de las redes sociales y aplicaciones subsidiarias de la plataforma creada por Mark Zuckerberg, y se fija en al impacto que han supuesto siete horas sin conexión global.

A nivel práctico, el resultado no es otro que el trasvase de usuarios de unas plataformas y redes a otras. Twitter recibió refugiados de Facebook e Instagram y Telegram hizo lo propio con los de WhatsApp. El número aportado por el CEO de esta red de mensajería instantánea asusta, 70 millones de visitas en 7 horas.

El caso, parece ser, es estar conectado con otros usuarios. No navegar y visitar páginas con contenido específico. No se trata de leer los periódicos, sino de comentarlos, ni de entrar en la página de un museo, sino de compartir en red la experiencia, colgar las fotos y recibir likes y comentarios.

Las notificaciones, ya sean emoticonos, megusta o cualquier reacción al respecto de lo colgado en nuestros muros actúan en nuestro de sistema de recompensa, liberando dopamina, tal como lo hacen el tabaco, la comida o la bebida. De la misma manera que actúan otras adiciones no tóxicas como el juego o el consumo de pornografía. Y el problema es tan global como el alcance de estas redes.

Durante 420 minutos, millones de personas se vieron, en mayor medida, privados de una actividad que se ha instalado en el minuto a minuto de su día y lo notaron. Y no sólo los jóvenes y adolescentes, porque no nos encontramos ante un problema que les afecte sólo a ellos, explica la psicóloga Pilar Conde: es una adicción en la que pueden caer todo tipo de personas, independientemente de su edad o clase social.

El apagón ha puesto en aviso sobre ello a quienes no habían reparado en que miran y miran todo el rato su móvil para comprobar la actividad de sus redes sociales. Lo sucedido sería como aplicar el control estimular. Al no poder acceder al estímulo que deseamos, en este caso a las redes sociales,  pudimos observar nuestra reacción y en función de la misma cada uno pudo  intuir esa tarde  el nivel de enganche que tiene a las redes sociales.

 Para quien no lo tenga muy claro aún, la experta deja algunas pistas. Deberías preocuparte sí:

  • Compruebas constantemente las actualizaciones en las distintas páginas.
  • Entras de manera recurrente para ver si los demás han reaccionado a tus publicaciones, le han dado like o te han dejado comentarios.
  • Necesitas pasar cada vez más tiempo en las redes.
  • Si estás off line presentas malestar y deseo intenso por conectarte, el llamado craving.
  • En el top de las pistas para saber si eres adicto a las redes sociales están los síntomas ansiosos que pueden aparecer en periodos de desconexión.

Lo ocurrido el pasado 4 de octubre ha activado algunas alarmas y ha llevado al primer plano de la actualidad lo que los profesionales de la psicología ya sabían, que nos encontramos ante una adicción poderosa, más aún que la del juego tradicional. El motivo, explica Pilar Conde, es que ese refuerzo mencionado anteriormente es equiparable a cuando juegas a la lotería y ganas el premio. Lo que sucede en este caso es que el refuerzo es intermitente y produce alivios cortoplacistas. Estar conectado y comprobar te alivia pero, a la vez, retroalimenta el círculo de la adicción.

Para la persona puede suponer un gran perjuicio en su autoestima, una de las bases de la felicidad, puesto que el usuario acaba dependiendo de la aprobación externa. Eso por un lado. Por el otro, uno se puede acostumbrar a recibir likes por imágenes y estados que no corresponden a la realidad, lo que produce inseguridad en relación a la propia vida.

Como es natural, los menores son los que más preocupan. Muchos niños están interactuando en red sin control o a escondidas de sus padres. La edad legal para registrarse en plataformas y páginas son los 14 años, pero la madurez de cada niño y la exposición a ciertos contenidos preocupa y mucho.

Dar ejemplo en casa es la primera medida a tomar al respecto. A ella añade Pilar Conde controlar el tiempo que pasan los chicos con el dispositivo móvil en la mano o frente al ordenador y hacerlos conscientes de las veces que entran a revisar sus muros.

A nivel profesional, las herramientas terapéuticas comienzan con la psicoeducación para enseñar cómo funciona la adicción y a partir de ahí comprender cómo nuestro comportamiento refuerza la adicción. Además, se proporciona a los afectados las herramientas para gestionar la abstinencia, buscando alternativas para no caer en el consumo.

Trabajando, por último, los pensamientos que están de base en la adicción se aprende a  realizar un uso adecuado de las redes, marcando los límites para evitar volver a una recaída.

Tras el gran apagón, no son sólo los profesionales de la salud mental quienes están mostrando su preocupación por el aumento de la adicción a las redes sociales. Gobiernos y organizaciones internacionales han expresado su preocupación por las técnicas empresariales  del conglomerado digital de Zuckerberg. Más allá de posibles violaciones de las leyes de competencia o del empleo abusivo de publicidad, se estudia ya el potencial efecto negativo que Facebook o Instagram puede tener para sus usuarios.

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